- InformaciónRio+20 ofrece la oportunidad de producir nuevas propuestas para concebir y organizar la transición hacia sociedades sustentables. Esta rúbrica intentará agruparlas sistemáticamente a medida de los avances del proceso.
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17 d mayo 2012
Aprendizaje a lo largo de toda la vida para la sostenibilidad en un mundo de clima cambiante
Detalles de la propuesta
ContextoTambién disponible en English, Français, Português
Esta es la versión resumida de un documento más extenso preparado por el consultor independiente Julian Waters-Lynch como resumen de las posiciones clave de los miembros del ICAE (Consejo internacional para la educación de los adultos) basado en las discusiones del seminario virtual y los resultados de la Asamblea Mundial del ICAE. Este documento está destinado a ser una de las contribuciones del ICAE que precede la conferencia de las Naciones Unidas de 2012, Río +20.
Este informe trata sobre la educación en un mundo de clima cambiante. Sin embargo, a pesar de que un nuevo aprendizaje para un mundo mejor es el tema central, es importante aclarar tanto el estado actual de los temas globales como las causas subyacentes que nos han conducido hasta aquí. En consecuencia, este documento considerará las contribuciones de los miembros del ICAE sobre la naturaleza de la crisis climática: pobreza, desigualdad y discriminación de género, la oportunidad para que 2012 trate acerca de un cambio de sistema más amplio en lugar de un debate limitado de respuestas al cambio climático, el papel del capital, de los mercados, de la tecnología y la perspectiva de una economía verde. Por último, concluirá con seis sugerencias sobre las futuras instrucciones del ICAE.
Las crisis del clima y el ecosistema
Peligroso, el cambio climático inducido por los seres humanos es un fenómeno real y está acompañado por una miríada de otros drásticos problemas ecológicos que amenazan la salud del ecosistema planetario. Estos incluyen ejemplos tales como la desertificación, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la contaminación tóxica de los océanos, la merma de la vida marina y una creciente crisis del agua y alimentaria. Tomados colectivamente, pueden caracterizarse como un colapso potencialmente catastrófico de los ecosistemas que han sustentado y preservado la vida de muchas especies en el planeta, incluida la civilización humana.
Pobreza, desigualdad y desarrollo
Los impactos más dramáticos del cambio climático afectarán probablemente a los grupos de personas más pobres y vulnerables. Las últimas décadas han visto una aumento de la desigualdad en el ingreso y el consumo entre (y dentro) de los países, lo que puede caracterizarse como la disparidad entre el Norte y el Sur Global. El modelo de desarrollo técnico-económico actual no es sostenible ni deseable para el futuro. Por eso el ICAE sigue exigiendo la realización de un nuevo paradigma de desarrollo que equilibre las dimensiones económica, ambiental, social y cultural de la vida comunitaria. Es importante destacar que, además de aumentar las oportunidades de desarrollo y de apoyo para el Sur Global, este marco también requerirá cambios en los patrones de producción y consumo en los países del Norte.
Género y cambio climático
Los efectos del cambio climático no son imparciales en materia de género. En el hemisferio Sur, desde las tasas de mortalidad relacionadas con catástrofes hasta la seguridad alimentaria, la recolección de agua y el cuidado informal de la salud, las mujeres sufrirán los efectos del cambio climático en forma desproporcionada en relación con los hombres. Dispondrán de menos tiempo y energía para participar en actividades comunitarias, en roles de toma de decisiones, en generación de ingresos o para dedicarse a la salud y la educación de sus hijos. Existe una grave preocupación de que el cambio climático agrave esas desventajas y dificulte al movimiento de mujeres llegar al liderazgo y a roles de toma de decisiones.
Sin embargo, las mujeres no deben ser vistas como víctimas pasivas, sino como líderes en la orquestación del tipo de cambios integrales necesarios para abordar las causas subyacentes del cambio climático y la destrucción del medioambiente. En muchos casos, la participación de las mujeres en roles de liderazgo y de toma de decisiones se ve limitada por factores sociales y culturales que no sirven a los intereses de la comunidad colectiva. Las crisis ecológicas son, por lo tanto, una oportunidad para la transformación en la participación de las mujeres y la integración de perspectivas de integración de género en el discurso público y la formulación de políticas.
Propuestas y resumenes
La oportunidad 2012: Cambio de sistema no cambio climático
El cambio climático no es más que un síntoma de múltiples crisis, incluidas las económicas y políticas, que pueden caracterizarse colectivamente como una crisis de la civilización. Requieren el surgimiento de una nueva arquitectura sistémica en diversos campos de la actividad humana, incluida la gobernanza, la economía, organización social y visiones del mundo cultural. Las posibilidades de transformación de la educación jugarán un papel fundamental en la evolución de estos campos. El nuevo sistema debe colocar la sostenibilidad social y ambiental en el centro de las aspiraciones colectivas y demandará cambios en nuestra forma de pensar, en nuestras conductas y arraigadas relaciones de género. Este sistema emergente también demandará nuevas metodologías de comunicación, organización y gobernanza.
Nuevo aprendizaje para un nuevo mundo
Como educadores, tenemos la responsabilidad de desarrollar una pedagogía que nutra al nuevo sistema a través de las habilidades y los valores que imparta, una educación que valore el diálogo, la participación y el aprendizaje a través de la práctica. En el desarrollo de esta pedagogía podemos aprovechar muchas de las ricas y diversas tradiciones de aprendizaje de todo el mundo. Es probable que este tipo de pedagogía que apoyamos tenga lugar cuando hombres y mujeres compartan la esfera de producción y reproducción de la vida; las comunidades comiencen a desarrollar sistemas cooperativos, las familias modifiquen sus hábitos alimenticios, niños y niñas aprendan a organizar sus vidas desde la perspectiva de un futuro sostenible, académicos y pueblos tradicionales intercambien conocimientos y aprendizajes, individuos y comunidades practiquen una economía solidaria, nuevos enfoques conceptuales desmitifiquen sistemas globales y políticos conservadores, se revisen ciencias y tecnologías modernas de acuerdo con su sostenibilidad, ciudadanos locales que se consideren parte de la comunidad de la vida elaboren leyes y traten de utilizar recursos y soluciones locales para problemas locales, se multipliquen los acuerdos de paz como parte del vivir bien, la gestión territorial y ambiental sea participativa y trascienda los límites geopolíticos.
El aprendizaje es un proceso de desarrollo que puede continuar durante el ciclo de vida, y en consecuencia, la sostenibilidad no puede abordarse como un tema separado sino que debe incorporarse en las prácticas de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Además de una buena práctica institucional, este aprendizaje también debe darse fuera del sistema escolar formal, en el hogar, en el lugar de trabajo y en otros ámbitos comunitarios.
Capital, mercados, tecnología, desarrollo sostenible y la economía verde.
La Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro introdujo la expresión “desarrollo sostenible” al léxico establecido. Sin embargo, a pesar de algunos notables ejemplos de buenas prácticas, las últimas dos décadas han visto un empeoramiento global de la situación ecológica. El ICAE, pues, observa la nueva expresión de Economía Verde con un optimismo prudente. Optimismo ante la perspectiva del reconocimiento de que el sistema económico mundial necesita un enverdecimiento a escala global, y que el bienestar social y ecológico debe tejerse dentro de la estructura de la actividad económica cotidiana. Precaución ante la perspectiva de que otra palabra a la moda se filtre a través de los canales de comercialización de negocios como de costumbre y que los mecanismos "innovadores" de mercado y las soluciones tecnológicas continúen, en última instancia, con las mismas prácticas insostenibles e injustas.
Una verdadera economía verde demandaría el libre acceso a las tecnologías intensivas del conocimiento orientadas a la restauración de los sistemas naturales, transiciones en los estilos de vida del consumidor, inversión pública masiva en tecnologías verdes, y abordar las contradicciones entre diversas políticas de la Organización Mundial del Comercio y los acuerdos ambientales multilaterales. También debemos reconocer que la discusión de un nuevo paradigma civilizatorio puede confrontar a muchas personas, y que algunos de los intereses más poderosos de la industria en el mundo trabajan activamente en contra de la acción, a pesar de la abrumadora evidencia de los peligros del cambio climático.
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