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Nombre

rap en rio+20

Organización

Red Ambiental Peruana

Idioma

Español

Región

América Latina

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    Reporte – martes 19 – Rio Centro

    El documento final, presentado el día de ayer por Brasil en calidad de anfitrión de la cumbre, fue aprobado sin modificaciones en la reunión plenaria.

    +documento ”El futuro que queremos”, contiene 50 páginas y 283 párrafos

    + tiene como base la propuesta brasileña, que redujo significativamente el número de párrafos del original

    +No fija metas ambiciosas para el futuro.

    + El documento plantea que es necesario abrir un debate para definir con claridad qué es la ”economía verde”

    + el texto también propone que se discuta la implantación de nuevos indicadores de desarrollo y de crecimiento económico que vayan más allá del Producto Interno Bruto (PIB), que para muchos países no ofrece una medida correcta de los patrones de riqueza y bienestar ni de los países ni de las sociedades.

    +Se propone un foro que podría ofrecer un liderazgo político, orientación y recomendaciones para el desarrollo sostenible.

    + El texto será sometido al centenar de jefes de Estado y tienen derecho de cambiar el texto si lo ven conveniente

    + Los países en desarrollo sufrieron una derrota al ser rechazada una propuesta del G-77 + China, que buscaba la creación de un fondo verde con 30.000 millones de dólares anuales para financiar el desarrollo sostenible.

    + la Unión Europea y Estados Unidos no han querido comprometerse con el financiamiento de acciones para promover el desarrollo sostenible, por la crisis económica que atraviesan ambos países

    + establece que la erradicación de la pobreza como el mayor desafío global del planeta al día de hoy.

    + Recomienda también que el Sistema de la ONU, en cooperación con los donadores relevantes y organizaciones internacionales”, facilite la transferencia de tecnología para los países en desarrollo.

    + Los europeos pretendían crear una agencia mundial del medio ambiente que reemplace al PNUMA, pero se toparon con la oposición de Brasil y Estados Unidos y debieron conformarse con reforzar el actual sistema, en el texto pretende fortalecer su papel, aunque no está prevista su conversión en una agencia de la ONU, ni aumentar las atribuciones a este organismo.

    + En torno a la ”economía verde”, el documento reconoce que existen diferentes abordajes, visiones, modelos y herramientas disponibles para que cada país, según sus circunstancias y prioridades nacionales, pueda alcanzar el desarrollo sostenible.

    + El documento final se limita a impulsar a los gobiernos a comprometerse a minimizar efectos del cambio climático y a buscar alternativas de economía verde, sin poner metas ni plazos. Ni siquiera el tema de protección de los océanos dejó cifras claras para reducir la contaminación que los afecta.

    + El texto incorpora un fuerte acento social, reconoce como el ”mayor desafío” para la humanidad la erradicación total de la pobreza y establece que la búsqueda de un desarrollo sostenible debe ir de la mano con la procura de la equidad.

    + Sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al nivel de los Objetivos del Milenio, se propone crear un grupo intergubernamental de 30 miembros que representen las seis regiones del mundo y que trabajaría desde septiembre próximo en identificar esos objetivos concretos y poner unas metas, sí así lo aprueban los gobiernos.

    Comentarios y opiniones de las organizaciones y países:

    + Greenpeace y WWF condenaron duramente el borrador del acuerdo mundial discutido este martes en la conferencia de la ONU Rio+20, y advirtieron que la cumbre puede convertirse en un fracaso si los líderes mundiales no vienen ”al rescate”.

    +Río+20 se transformó en un fracaso épico. La Conferencia falló en términos de equidad, de ecología y de economía, afirmó el director de políticas públicas de Greenpeace, Daniel Mittler.

    + El texto es un fracaso colosal de liderazgo y visión de los diplomáticos. Deberían estar avergonzados, opinión del director general del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), Jim Leape.

    + Greenpeace, WWF-Brasil y Third World Network coincidieron en criticar el texto El futuro que queremos e indicaron que por ello los activistas que luchan en el mundo por la preservación del medio ambiente decidieron llamar Río menos 20 a la cita carioca.

    + Los países de Venezuela y Bolivia lamentaron la falta de promesas de los países desarrollados en financiación para la cooperación. El texto es débil porque no incluye las obligaciones de los países desarrollados para el financiamiento de políticas sostenibles, expresión de René Orellana, jefe de la delegación de Bolivia.

    +es un reflejo de los países que están dispuestos a hacer para avanzar el desarrollo sostenible pero hay problemas de financiación, porque ese tema dependía de los países desarrollados, expresión de Claudia Salerno, delegada de Venezuela

    + Third World Network, Meena Raman, afirmó que ”este resultado mínimo muestra la falta de coraje político y compromiso de los países desarrollados”. Raman indicó además que al texto le falta ambición, por lo que tendrán que redoblar los esfuerzos para conseguir avances.

    + El grupo europeo manifestó en un comunicado que el acuerdo avanza en las metas del desarrollo sostenible y en el reconocimiento del papel de la ”economía verde” como un instrumento para conseguir esos objetivos.

    +Los gobiernos están minando la visión conjunta del desarrollo sustentable que nos ha guiado desde la primera conferencia de Rio 20 años atrás. Ahora hemos perdido esa visión´´, advirtió Kit Vaugh, director de la campaña sobre cambio climático de la organización CARE International

    + Martin Khor, de la ONG South Centre, estimó que la crisis que paraliza a muchos países en la toma de decisiones o aplicación de recursos “ensombreció el acuerdo. Los líderes tendrían que tener más presente que la crisis es coyuntural y el problema del medio ambiente es para siempre”

    + Para las organizaciones el texto carece de las acciones que necesita el planeta para hacer frente a una demanda de 50 por ciento más de alimentos, 45 por ciento más de energía y 30 por ciento más de agua para 2030.

    Que se viene para el miércoles:

    +por la tarde por parte el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inauguran la cumbre oficial

    +El presidente de Ecuador, Rafael Correa, presentará en la conferencia de Rio, los temas del Buen Vivir como alternativa de desarrollo, la importancia de reimpulsar la declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, establecer un nuevo orden económico y financiero y la cultura como como pilar del desarrollo sostenible.

    + la Cumbre de los Pueblos, tienen programado una marcha este miércoles para protestar contra la falta de compromiso y responsabilidad de las naciones capitalistas para preservar la vida en el planeta.

    + El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presentara en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), la propuesta de establecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

    + Evo Morales, que participará Cupula do Povos en un encuentro con indígenas.

    + El presidente Ollanta Humala, participara de la Cumbre Río+20, pronunciará un discurso ante la conferencia plenaria del evento, luego de su participación inaugurara el Pabellón de Montañas, actividad que realizará con el presidente de la Confederación Suiza, Wolfgang Waldner.

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    Quieren trasladar su crisis a nuestros países
    Por Eduardo Videla ◾ Silvia Révora

    La cumbre ambiental Río+20, que en unos días concentrará en la capital carioca a presidentes y funcionarios de casi doscientos países, será escenario de una nueva disputa entre las naciones centrales y el grupo de países emergentes o en vías de de-sarrollo, nucleados en el G-77 más China. Uno de los ejes de la controversia es el concepto de “economías verdes” que, para el gobierno argentino y sus socios de América latina, es una suerte de trampa tendida por las potencias y sus aliados para poner freno a las exportaciones cuando no cumplen con ciertos parámetros “verdes”. El otro foco de conflicto es la posible creación de una agencia internacional, que tendría el poder de policía para hacer cumplir con indicadores y premisas, inspecciones que los países interpretan como la antesala a restricciones comerciales.

    A diez días de la firma del documento, todavía no hay consenso. Los diplomáticos trabajan contra reloj: hace una semana las delegaciones estuvieron reunidas en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, y esta semana volverán a encontrarse en Río de Janeiro. El documento que redactaron dos funcionarios de la ONU designados por Ban Ki-moon tiene ochenta páginas y muchos de sus párrafos son cuestionados por los representantes de los países en desarrollo. Estos diplomáticos están ante una doble presión: no ceder en la defensa de sus intereses estratégicos y, a la vez, no hacer fracasar la cumbre, que pretende avanzar sobre los logros obtenidos hace 20 años en otra cumbre, en esa misma ciudad. El desafío se multiplica para el gobierno de Brasil, también crítico del documento, por su condición de anfitrión.

    “En esta negociación, la Argentina ha encontrado aliados importantes, como la India y Egipto, que se sumaron a los socios del Mercosur”, dijo la subsecretaria de Planificación y Política Ambiental, Silvia Révora, una de las negociadoras argentinas, en una entrevista con Página/12.

    –A días de la cumbre, ¿qué consensos y qué diferencias hay entre los países?

    –El documento para Río+20 se viene trabajando desde hace muchos meses y, como no se ha avanzado en el consenso entre los países centrales y los del G-77 más China, en estos días se estuvo viendo si se cerraba un acuerdo. El G-77 más China, que son 132 países sobre un total de 193, que tiene a la mayoría de la población mundial e incluye a países emergentes como China, India y Brasil, ha estado trabajando muchos meses en este documento. Hasta ahora, no hay consenso. Evidentemente, el documento que va a salir no será un documento que refleje nuestra posición y si no nos refleja, cada país hará sus reservas.

    –¿Cuáles son los grandes ejes de la divergencia?

    –La gran divergencia es que los países centrales están planteando el concepto de “economía verde” como el nuevo paradigma ambiental para salvar el planeta. Nosotros planteamos que no hay una definición de economía verde, por lo tanto, no podemos apoyar algo que se desconoce. No estamos de acuerdo en sustituir el concepto de desarrollo sustentable, que es mucho más ambicioso y que implica un cambio en el modelo de producción y consumo que nos ha provocado esta crisis ambiental. Como G-77 planteamos que ese cambio lo deben liderar los países centrales, que son los que han impuesto ese modelo global de consumo y de producción insustentable, que se basa en una falacia: que los recursos naturales son infinitos. Producimos y consumimos como si fuéramos a tener una cantidad infinita de agua, de petróleo, de tierra.

    –Los países centrales no aceptan eso.

    –Ese es el problema central: los países centrales no asumen su responsabilidad primaria. Lo que plantean es que los costos de la crisis ambiental, por ser planetaria, los tenemos que asumir todos por igual. Países pobres, en desarrollo y ellos. Cuando son ellos los que han causado esta crisis ambiental.

    –No admiten que la responsabilidad no es la misma para todos.

    –En el plenario, plantearon borrar el principio de responsabilidades comunes y diferenciadas. Nosotros, como G-77 más China, tenemos premisas que no son negociables. Una es ésa, la otra es nuestra soberanía respecto del manejo de nuestros recursos naturales. No vamos a delegar el control ambiental a ninguna agencia globalizada que nos imponga lo que tenemos que hacer con nuestros recursos naturales ni parámetros de cumplimiento. Porque esto de la economía verde es una trampa.

    –¿En qué consiste esa trampa?

    –Ellos pretenden poner indicadores y parámetros para la producción de bienes y servicios y aquel que no los cumpla, no va a poder exportar.

    Por supuesto que eso nadie lo dice. El planteo de ellos es un planteo naïf: vamos a salvar el planeta.

    –¿Cuáles serían las consecuencias?

    –Una gran parte de los países centrales está queriendo trasladar su crisis a los países en desarrollo utilizando el tema ambiental. Si exigen el cumplimiento de estos parámetros que quieren imponer con la economía verde, va a haber una transferencia enorme de recursos de los países en desarrollo a los desarrollados, porque los que tienen la tecnología son ellos, y nos van a obligar a comprar la tecnología y a endeudarnos. Nuestro planteo de desarrollo sustentable implica la erradicación de la pobreza nosotros, como países latinoamericanos, tenemos mucho que mostrar en Río: cómo hemos bajado los niveles de pobreza, al contrario de los países desarrollados, donde en este momento va creciendo la pobreza.

    –Nuestros países han disminuido los niveles de pobreza, pero ¿se han desarrollado en forma sustentable?

    –En este momento, no hay ningún país que pueda plantear que tiene un desarrollo sustentable, es nuestra utopía. Se plantea que otro tipo de desarrollo es posible. Porque el desarrollo sustentable implica que produzcamos en forma eficiente, con un uso muy racional de nuestros recursos, y consumamos en función de nuestras necesidades básicas, no permitiendo el derroche. Lo que vemos es que en nuestros países hay sectores de la población que tienen que aumentar su consumo pero también hay un sector importante que tiene que evitar despilfarrar recursos naturales a través de consumo insustentable. Por ejemplo, cuando se compran productos que tienen una vida útil muy corta o que requieren un uso intensivo de electricidad o de materias primas.

    –Si el modelo económico argentino permitió aumentar el consumo, ¿podemos decir entonces que este modelo es sustentable?

    –No, nadie dice eso. Lo que tenemos en la Argentina es una réplica del modelo impuesto en el planeta y que nosotros no lo vamos a poder cambiar si no lo cambian ellos, que son los que tienen el gran poder económico. Por eso, el G-77, cuando se habla de economía verde, le plantea a los países centrales que ellos lideren este cambio de modelo de producción y consumo. Nosotros no lo vamos a poder liderar porque no tenemos ni tecnología ni capacidad financiera. Sí tenemos que darle buen nivel de vida a un porcentaje importante de la población, que es una prioridad de este Gobierno.

    –¿Qué balance hace de los veinte años transcurridos desde la cumbre de Río ’92?

    –Para nosotros, ha habido más falencias que logros. Porque los principios rectores de Río ’92 no han sido cumplidos por los países desarrollados, la transferencia de tecnología y apoyo financiero a los países en desarrollo. Y ahora lo quieren eliminar. Ahora no hablan de transferencia de tecnología, no hablan de apoyo financiero y quieren eliminar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que es el leitmotiv de la convención y que planteamos que deben mantenerse.

    –¿En qué consiste ese principio?

    –En que los que produjeron el fenómeno del calentamiento global de la atmósfera son los países industrializados, desde la época de la industrialización a finales del siglo XVII hasta ahora. Ahora, los países emergentes comenzaron a emitir también gases de efecto invernadero. China e India ya se están pareciendo a los países desarrollados en sus emisiones, pero es un hecho reciente. Por eso la convención dice que las responsabilidades son comunes pero diferenciadas: el que causó el problema debe asumir el costo. Por eso Río ’92 fue un éxito para los países en vías de desarrollo, fue un reconocimiento de que había una crisis ambiental y que los países centrales debían asumir un compromiso porque eran los que la habían causado. Ahora, veinte años después, sin haber hecho los aportes que tendrían que haber hecho, boicoteando la convención, quieren trasladar su crisis a nuestras espaldas.

    –¿Qué otros planteos llevan los países de América latina?

    –Por ejemplo, cuando se habla de empleo verde, nosotros lo sustituimos por empleo decente. Porque nosotros acá tenemos empleo verde, el reciclador urbano, el cartonero que separa es empleo verde, pero no es decente. Tenemos que transformarlo en empleo formal y decente.

    –¿Qué frutos puede dar este consenso que hay en América latina?

    –A mí me interesa la alianza que tenemos los países latinoamericanos, y también con la India y Egipto, con los que lideramos esta posición: estamos de acuerdo con el desarrollo sustentable, queremos definir los temas en forma soberana, y no tenemos que aceptar que nos impongan las prioridades de la globalización, que no están pensadas en función de nuestras necesidades. Vamos a difundir la declaración de Buenos Aires para que la gran prensa conozca nuestra posición. La gran prensa, que está globalizada y manejada por los países centrales, no conoce nuestra posición.

    –Otro de los ejes de controversia es la creación de una agencia global de control ambiental.

    –Los países centrales quieren crear una gran agencia en base al Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (Pnuma), porque para establecer parámetros e indicadores para la producción de bienes y servicios se necesita una agencia que controle. Quieren crear una agencia con poderes para fiscalizar el cumplimiento de la economía verde.

    –¿Ustedes qué proponen en cambio?

    –Queremos que haya mayor sinergia entre las agencias que existen actualmente y que sea la Asamblea General y el Consejo de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas un ámbito de definición y debate político. No le damos mandato al secretario general para que arme esto. Queremos el fortalecimiento del Pnuma aumentando su membresía a todos los países. En este momento tiene solo 46 países, entre ellos la Argentina.

    –¿Hay coincidencia con las ONG argentinas que van a participar de la cumbre?

    –Las ONG han estado muy activas, sobre todo las que trabajan en salud y educación. Las ambientalistas son las más débiles en esto, porque siguen los lineamientos de los países centrales, porque allí tienen su base de financiamiento, y están bastante condicionadas por eso.

    –¿Cuál va a ser la posición argentina respecto de las industrias extractivas, como la minería?

    –En la cumbre no se debate qué actividades son sustentables y cuáles no. Todas las actividades generan impacto, la idea es que lo minimicen. Hay una impronta de ir logrando nuestro propio camino, nuestro propio desarrollo sustentable.

    –Entonces no van a hablar de minería.

    –Sobre la minería, le voy a decir lo que pienso. Lo que nos proponemos desde esta secretaría es fortalecer el rol del Estado en la evaluación del impacto de esta actividad. Los impactos de la minería a cielo abierto, de una hidroeléctrica, son significativos. Hay una serie de actividades que se requieren para el de-sarrollo del país, pero su localización y la tecnología que usan debe ser evaluada por el Estado para aprobarlas o no. Estamos haciendo un proyecto de ley de presupuestos mínimos de evaluación de impacto ambiental para que el Estado nacional y los provinciales podamos conjuntamente evaluar, fiscalizar y controlar estos grandes emprendimientos. Hay que aceptarlos sólo si los beneficios son mayores que los costos.

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    Cumbres que representan dos mundos
    Por Colectivo platense Río+20 ◾ Grito de los Excluidos

    La cumbre de los estados de Río+20 en junio próximo está irremediablemente contaminada del espíritu enfermo del sistema capitalista mundial y la civilización moderna, consumidas por interminables y múltiples crisis: económicas, ambientales, energéticas, alimenticias, migratorias, éticas. Convocada para restablecer el equilibrio perdido entre los seres humanos y la naturaleza, por causa del capitalismo y de la civilización moderna, se prepara para profundizar a nuevos y más criminales niveles ese mismo desequilibrio.

    En su enfermedad espiritual, plantean como única solución la llamada “economía verde”, la cual por vergüenza no se atreven a definir sinceramente de manera pública. Con ella pretenden dar un salto adelante en su locura suicida y bajo su nombre simpático mercantilizar lo que hasta ahora no han podido, los bosques, el aire limpio, el agua, la biodiversidad; para cuantificarlos en papel moneda y entregarlos a la especulación financiera, misma con que ya han quebrado salvajemente a países y pueblos enteros; para legitimar la descontrolada e irresponsable carrera tecnológica. Conscientes de que se hace difícil creerles, tempranamente el nuevo eufemismo requiere de otros complementarios y nos ofrecen “economía verde incluyente”, “doblemente verde” y otras cuentas de vidrio por el estilo.

    Nos dicen que es por nuestro bien y por nuestro bien obligan a nuestros malos gobiernos a matarnos con balas verdes cuando resistimos su injusticia antidemocrática y verde, dictada por técnicos verdes, supuestamente incuestionables, siempre bien pagados y nunca elegidos por los pueblos. Pretenden el crimen perfecto, no solo impune sino premiado con el aumento de las ganancias para salir de su insoportable crisis. Para consumarlo, necesitan y esperan crear una nueva entidad que gestione desde las mismas Naciones Unidas el negocio y sus mecanismos de mercados de carbón, REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación de bosques) y otros.

    Para confundirnos, los estados más responsables del deterioro climático nos chantajean con quitar de su borrador de documento oficial los derechos reconocidos en la cumbre de hace 20 años y nunca cumplidos, y con las falacias de superpoblación y lucha contra la pobreza, mientras esconden la acumulación y el lujo escandalosos con que generan necesariamente esa pobreza. Pretenden sorprendernos con la concesión de agregar “economía verde y otros enfoques” en su borrador; es todo lo que necesitan para concretar el crimen que traen bien premeditado, dejando los “otros enfoques” en palabras, mientras ellos tienen cocinados y a punto entidades, mecanismos, aparatos legales y legiones de funcionarios para su aplicación.

    Los estados emergentes seducidos por la misma enfermedad, impotentes para hacer justicia social enfrentando la acumulación y el lujo escandaloso, creen encontrar una solución inmediata a los desafíos del desarrollo convergiendo en la ya insensata noción de crecimiento interminable, a pesar de la evidencia abrumadora que lo prueba imposible, llevando más temprano que tarde a la muerte del hábitat y la vida de nuestras generaciones futuras. Ciegos al hecho de que las alternativas, aunque difíciles y demandantes de coraje, ya existen en todos los ámbitos, como el de los alimentos que aún producen en un 70% los campesinos y campesinas.

    Por ello, los pueblos no estamos en esa cumbre oficial ni la acompañamos. Los hacemos públicamente responsables de las consecuencias criminales de sus decisiones y actos. Estamos en nuestra propia cumbre para asumir nuestras propias responsabilidades. Para superar nuestras propias limitaciones y obstáculos. Para unirnos en una sola comunidad de destino, con la urgencia de la hora histórica. Para construir el nuevo paradigma civilizatorio, ético, político y económico, de respeto a la naturaleza y sus ciclos que son los hilos de la vida con los que estamos tejidos.

    Frente a su pensamiento único y antidemocrático, alimentamos la pluralidad cultural y el dialogo horizontal de saberes, especialmente el rescate de los pensamientos ancestrales y comunitarios de los pueblos. Frente a su persistencia en el humano centrismo insensato y egoísta, buscamos la recuperación de la solidaridad y de nuestra pertenencia y reciprocidad con el cosmos y el medio ambiente, valorando a los estados de Bolivia y Ecuador que introdujeron un párrafo reconociendo los derechos de la Madre Tierra en el borrador de la cumbre estatal, señal de dignidad y responsabilidad que han de seguir todos los estados y pueblos. Frente a las nociones inviables y fracasadas del consumismo y el crecimiento económico interminables, nombramos el santo y seña del buen vivir, los bienes comunes, la vida digna y responsable, la justicia social, ambiental y cultural, que vamos pariendo en nuestras luchas, propuestas y construcciones de alternativas para la liberación.

    Mientras su cumbre representa un mundo agotado y en crisis, la nuestra representa otro mundo absolutamente necesario y perfectamente posible.

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    31 de mayo 2012

    La revolución agroecológica de América Latina: rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesino
    PorMiguel Altieri ◾ Victor Toledo

    Contexto

    También disponible en English

    Introducción

    La agroecología está aportando las bases científicas, metodológicas y técnicas para una nueva “revolución agraria” a escala mundial (Altieri 2009, Ferguson and Morales 2010, Wezel and Soldat 2009, Wezel et al. 2009). Los sistemas de producción fundados en principios agroecológicos son biodiversos, resilientes, eficientes energéticamente, socialmente justos y constituyen la base de una estrategia energética y productiva fuertemente vinculada a la soberanía alimentaria (Altieri 1995, Gliessman 1998).

    Las iniciativas agroecológicas pretenden transformar los sistemas de producción de la agroindustria a partir de la transición de los sistemas alimentarios basados en el uso de combustibles fósiles y dirigidos a la producción de cultivos de agroexportación y biocombustibles, hacia un paradigma alternativo que promueve la agricultura local y la producción nacional de alimentos por campesinos y familias rurales y urbanas a partir de la innovación, los recursos locales y la energía solar. Para los campesinos implica la posibilidad de acceder a tierra, semillas, agua, créditos y mercados locales, a través de la creación de políticas de apoyo económico, iniciativas financieras, oportunidad de mercados y tecnologías agroecológicas.

    La idea principal de la agroecología es ir más allá de las prácticas agrícolas alternativas y desarrollar agroecosistemas con una mínima dependencia de agroquímicos e insumos de energía. La agroecología es tanto una ciencia como un conjunto de prácticas. Como ciencia se basa en la “aplicación de la ciencia ecológica al estudio, diseño y manejo de agroecosistemas sustentables” (Altieri 2002). Lo anterior conlleva la diversificación agrícola intencionalmente dirigida a promover interacciones biológicas y sinergias benéficas entre los componentes del agroecosistema, de tal manera que permitan la regeneración de la fertilidad del suelo y el mantenimiento de la productividad y la protección de los cultivos (Altieri 2002). Los principios básicos de la agroecología incluyen: el reciclaje de nutrientes y energía, la sustitución de insumos externos; el mejoramiento de la materia orgánica y la actividad biológica del suelo; la diversificación de las especies de plantas y los recursos genéticos de los agroecosistemas en tiempo y espacio; la integración de los cultivos con la ganadería, y la optimización de las interacciones y la productividad del sistema agrícola en su totalidad, en lugar de los rendimientos aislados de las distintas especies (Gliessman 1998). La sustentabilidad y la resiliencia se logran por medio de la diversidad y la complejidad de los sistemas agrícolas a través de policultivos, rotaciones, agrosilvicultura, uso de semillas nativas y de razas locales de ganado, control natural de plagas, uso de composta y abono verde y un aumento de la materia orgánica del suelo, lo que mejora la actividad biológica y la capacidad de retención de agua.

    Hay otro tipo de alternativas agrícolas que son significativamente diferentes de los enfoques agroecológicos. Por ejemplo, la agricultura organica o ecológica que mantiene monocultivos depende de insumos externos biológicos y/o botánicos, y no está basada en principios agroecológicos. Este enfoque de “sustitución de insumos” esencialmente sigue el mismo paradigma de la agricultura convencional, es decir, superar el factor limitante, pero esta vez con insumos biológicos u orgánicos. Muchos de estos “insumos alternativos” se han convertido en mercancía, por lo tanto, los agricultores siguen dependiendo de proveedores, cooperativas o empresas (Rosset y Altieri 1997). Nosotros sostenemos que los sistemas agrícolas que no cuestionan la naturaleza del cultivo, que dependen de insumos externos, que se basan en sellos de certificación extranjeros y caros, o en sistemas de comercio justo destinado sólo para la agro-exportación, ofrecen poco a los agricultores, volviendolos dependientes de insumos y mercados externos.La agricultura orgánica pretende optimizar la utilización de insumos pero no considera el rediseño productivo lo que condena a la dependencia de insumos externos. Los nichos del mercado (orgánico y/o comercio justo) de los países ricos, presentan los mismos problemas de cualquier régimen de agroexportación al no dar prioridad a la soberanía alimentaria (que se define aquí como el derecho de las personas para producir, distribuir y consumir alimentos sanos y cerca de su territorio de una manera ecológicamente sostenible). Más bien tienden a perpetuar la dependencia y el hambre (Altieri 2009).

    La agroecología está basada en un conjunto de conocimiento y técnicas que se desarrollan a partir de los agricultores y sus procesos de experimentación. Por esta razón, la agroecología enfatiza la capacidad de las comunidades locales para experimentar, evaluar y ampliar su aptitud de innovación mediante la investigación de agricultor a agricultor y utilizando herramientas del extensionismo horizontal. Su enfoque tecnológico tiene sus bases en la diversidad, la sinergia, el reciclaje y la integración, así como en aquellos procesos sociales basados en la participación de la comunidad. Señala que el desarrollo de los recursos humanos es la piedra angular de cualquier estrategia dirigida a aumentar las opciones de la población rural y, especialmente, de los campesinos de escasos recursos (Holt-Gimenez 2006). También atiende las necesidades alimenticias a partir del fomento de la autosuficiencia, promoviendo la producción de cereales y otros alimentos en las comunidades. Es un enfoque que privilegia mucho lo local al estar encaminado al abastecimiento de los mercados locales que acortan los circuitos de producción y el consumo de alimentos, evitando con ello el dispendio de energía que implicaría el traslado de éstos desde lugares distantes.

    Los sistemas agroecológicos están profundamente arraigados en la racionalidad ecológica de la agricultura tradicional (Altieri 2004, Toledo 1990). Existen muchos ejemplos de sistemas agrícolas exitosos, caracterizados por su gran diversidad de cultivos y de animales domesticados, por el mantenimiento y mejora de las condiciones edáficas y por su gestión del agua y de la biodiversidad, basados todo ellos en conocimientos tradicionales (Toledo y Barrera-Bassols 2008). Estos sistemas agrícolas no sólo han alimentado gran parte de la población mundial en diferentes partes del planeta, particularmente en los países en desarrollo, sino también ofertan muchas de las posibles respuestas a los retos de la producción y la conservación de los recursos naturales que afectan al medio rural (Koohafkan y Altieri 2010).

    En este artículo examinaremos brevemente las razones para la promoción de un paradigma agroecológico basado en la revitalización de la agricultura a pequeña escala y en los procesos sociales que demuestran que la participación de la comunidad y el empoderamiento local son las únicas opciones viables para satisfacer las necesidades alimentarias regionales, en esta era de aumento constante de los precios del petróleo y de cambio climático global. También vamos a examinar brevemente las características socio-ecológicas y la importancia de la agricultura campesina. Revisaremos los impactos que cientos de proyectos basados en la agroecología han tenido sobre el medio ambiente, la producción de alimentos y los movimientos sociales rurales, en Cuba, Brasil, México, América Central y la Región Andina. Terminamos haciendo algunas reflexiones sobre la triple dimensión de la revolución agroecológica, es decir, la cognitiva, la tecnológica y la social, que ha permitido el surgimiento de nuevos modos de comunicación entre el activismo y la ciencia, un proceso que, según Martínez-Alier (2011), ha llegado a proporciones globales, pues la agroecología se ha incorporado a la visión de la Vía Campesina, hoy en dia el más importante movimiento agrario a escala internacional.

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    ASISTIMOS CON FERNANDO ORTEGA AL EVENTO
    ” SUSTENTABILIDADE DESAFIO DASEMPRESAS DO SECULO XXI”

    ORGANIZADO POR EBX – IBIO -INSTITUTO TIERRA E MEMORIA – CNI
    EBX.- http://www.ebx.com.br
    IBIO.- ibio.org.br
    TIERRA E MEMORIA .- http://www.global-understanding.info
    CNI.- http://www.cni.org.br
    EVENTO QUE ES PARTE DE RIO + 20 ORGANIZADO POR ELSECTOR PRIVADO BRASILERO CON PARTICIPACION DE UN IMPORTANTE DE EXPOSITORES INTERNACIONALES 16 PROMEDIO.

    SE PRESENTO UN LIBROLUEGO ALCANZO EL NOMBRE

    ORGANIZACION EXCELENTE BUENA PRESENTACION DE FERNANDO.

  • hace 11 años, 10 meses rap en rio+20 ha publicado una actualización:

    allá de Río +20
    Posición de la Sociedad Civil
    del PERÚ

    Grupo Impulsor Rio + 20 3
    Grupo Impulsor Río + 20
    Presentación
    El Grupo Impulsor Río + 20 facilita y articula la participación de organizaciones y redes de la
    sociedad civil peruana que trabajan y difunden la agenda de justicia social y ambiental en torno a
    Río + 20. Procesos y demandas asociados al cambio climático, agroecología, extractivas, matriz
    energética y megaproyectos, son ejes claves que las organizaciones han colocado en la agenda
    nacional que busca articularse con el debate y movilización internacional presentes en Río + 20.
    El Grupo Impulsor viene facilitando la participación de la sociedad civil en los procesos de diálogo y
    consulta con el gobierno peruano ante la conferencia oficial. Hasta el momento se han planteado
    aportes desde la agenda y demandas de las organizaciones sociales a los documentos oficiales: el
    Borrador Cero -que es el documento que aprobarán los estados en la Conferencia- y el Informe
    País, que informa sobre los 20 años de avances y proyecciones del estado en torno a la agenda 21.
    Así mismo, anima la participación propositiva en Rio + 20, para lo cual viene promoviendo la
    presencia coordinada de la delegación peruana, y difundiendo los contenidos de la agenda de la
    conferencia. Ha realizado un primer taller sobre Economía Verde (27 marzo) y prepara un evento
    nacional a realizarse en Lima el 4-5 de junio, y apoya los eventos que vienen organizando las
    organizaciones participantes. Ha preparado la declaración “Posición de la Sociedad Civil del Perú
    m ás allá de Río + 20” para la incidencia en políticas y para la ciudadanía.
    Como parte de la sociedad civil, el Grupo Impulsor promueve la participación activa en la Cumbre
    de los Pueblos para la Justicia Social y Ambiental. La Cumbre es un espacio autónomo, crítico en
    relación a la agenda de la conferencia oficial; por lo que promueve la participación y testimonios
    de las organizaciones sociales y poblaciones claves en los procesos críticos de justicia social y
    ambiental de la agenda nacional. Miembros del Grupo Impulsor participan en las instancias
    organizativas internacionales que vienen preparando la Cumbre de los Pueblos.
    Lima, mayo 2012
    4 Grupo Impulsor Rio + 20
    Más allá de Río +20
    Posición de la Sociedad Civil del PERÚ
    Las organizaciones de la sociedad civil comprometidas en generar debate, propuestas y soluciones
    en torno a la problemática social y ecológica por la que atraviesa el planeta, alcanzamos al
    Gobierno Peruano y a la ciudadanía una serie de planteamientos hacia a la Conferencia de las
    Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, “Río +20”. Esperamos que los mismos sean tomados
    en cuenta para las posiciones que llevará el Perú a las negociaciones con otros Estados, y sirvan a la
    elaboración del informe País a Río+20.
    1. Aspectos Generales:
    1.1 Balance crítico de los 20 años
    A 20 años de la Cumbre de la Tierra estamos muy lejos de haber logrado el “desarrollo sostenible”
    acordado en el año 1992: las brechas sociales y el problema ecológico en el mundo han adquirido
    caracteres dramáticos.
    Si bien la tendencia global en los últimos años ha significado una mejora en términos del índice de
    desarrollo humano (IDH) en diversos países, existen otros tipos de indicadores que nos dicen que
    este desarrollo esconde muchas inequidades en términos sociales, económicos y ambientales. Es
    así que, la distribución de los ingresos entre ricos y pobres ha empeorado en todas las regiones del
    mundo -entre ellas, América Latina que sigue siendo la más desigual de todas-, demostrando que
    las crisis económicas no afectan a los que más tienen, sino por el contrario van acumulando mayor
    riqueza en detrimento de las poblaciones rurales y urbanas que viven en condiciones críticas. Esta
    situación afecta a casi todos los países del mundo donde los indicadores de desarrollo humano se
    ven disminuidos al considerar la distribución inequitativa de la riqueza.
    Lo mismo sucede cuando hablamos en términos ambientales, en que los patrones de producción y
    de consumo, sostenidos por el crecimiento económico irracional, nos han llevado a una situación
    de degradación de la naturaleza, acompañada del calentamiento global y de amenaza a la
    disponibilidad y calidad de recursos tan importantes como el agua, además de una mayor
    vulnerabilidad a los desastres. Ya hemos superado en 50% la capacidad que tiene el planeta para
    producir lo necesario para la vida de los seres humanos y para regenerarse, pero las
    responsabilidades de esta situación no son las mismas: los habitantes de los países con mayores
    ingresos, consumen más allá de lo necesario para satisfacer las necesidades básicas, dejando una
    huella ecológica- es decir, el impacto sobre los ecosistemas del planeta generado por la demanda
    humana de recursos naturales en relación a su capacidad de regeneración – 3 veces mayor que las
    personas de ingresos medios y 5 veces mayor a las de ingresos más bajos.
    Según este indicador clave de la sostenibilidad, se ha estimado en 1,8 has. la biocapacidad del
    Grupo Impulsor Rio + 20 5
    planeta por cada habitante. Sin embargo, al 2005, el consumo medio global por habitante y año
    era de 2,7 hectáreas, por lo que estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de
    los que el planeta puede generar y admitir. En el caso del Perú es 1.6 hectáreas, inferior al global , a
    Ecuador (2.2 has), Bolivia (2.1 has) y Colombia (1.8 has).
    Por tal motivo, es urgente cambiar el actual paradigma, ya que de lo contrario, la sociedad en su
    conjunto podría verse afectada ante la actual y futura amenaza que pende sobre la biodiversidad y
    los ecosistemas.
    Estamos muy lejos de haber logrado el “desarrollo sostenible” acordado en Río de Janeiro durante
    la Cumbre de la Tierra del año 92. No obstante, sin haber examinado las causas profundas de este
    fracaso, hoy se propone una concepción de “economía verde” que pretende convertirse en una
    solución sin encarar el fondo del problema originado por una concepción imperante que sigue
    priorizando el crecimiento sobre la equidad social y sostenibilidad ambiental, confundiendo el
    “aumento del PBI” con “bienestar” general.
    Tal como señala el reciente Informe del Panel de Alto nivel sobre Sostenibilidad global (“Resilient
    people/Resilient Planet: a Future Worth Choosing) del Secretario General de las Naciones Unidas,
    “los pueblos del mundo no tolerarán la continua devastación ambiental o la persistente
    desigualdad que ofende profundamente los principios universales de justicia social” (acp .5) (…)
    “el modelo global actual de desarrollo es insostenible” (acp -8) No es momento de engañarnos
    sino de abrir los ojos antes de que sea demasiado tarde.
    En nuestro país, más allá de los avances en la creación de institucionalidad ambiental, los
    indicadores muestran la profundización del modelo extractivista caracterizado por la apropiación
    intensa y masiva de recursos naturales, con altos costos sociales, culturales y ambientales. Vemos,
    por ejemplo, cómo la promoción de la minería ha provocado un tremendo crecimiento de las
    concesiones mineras en los territorios andinos, pasando de 2 millones de Has. en 1991 a 24
    millones de Has en el 2011. Por otro lado, más del 50% del territorio amazónico se encuentra
    concesionado como lotes de hidrocarburos, los cuales se sobreponen sobre áreas naturales
    protegidas y territorios indígenas acrecentando conflictos entre pueblos indígenas y petroleras.
    En ambos sectores – minería e hidrocarburos – los impactos sociales y ambientales son
    desproporcionados al monto de la inversión. Asimismo, en 20 años de aplicación del modelo
    neoliberal, los impactos han sido negativos en el crecimiento del salario real de los trabajadores o
    en la desregulación del mercado de trabajo lo que generó un debilitamiento del sector sindical.
    Este modelo aumentó la desigualdad – ejecutivos del sector minero o financiero pueden tener un
    ingreso mensual de hasta 20 veces más que el de un obrero – y no puede autosostenerse en el
    tiempo dado que su crecimiento depende de factores externos como el alto precio de los
    minerales.
    A nivel continental vemos a los gobiernos latinoamericanos, incluso los que proclaman ser
    progresistas, en un apuesta neo-extractivista, que profundiza el modelo primario-exportador,
    altamente contaminante, en lugar de apostar por modelos que busquen un verdadero desarrollo
    sostenible.
    Río+20 debe revisar, monitorear y exigir el cumplimiento de parte de los países del Norte de
    6 Grupo Impulsor Rio + 20
    proveer el 0.7% del producto nacional bruto en forma de Ayuda Oficial al Desarrollo como fue
    establecido en la Conferencia de Monterrey y reiterado en numerosas otras conferencias
    internacionales. Asimismo, concretar la transferencia de recursos significativos, adicionales y
    predecibles a nuestros países para encarar un Cambio Climático que no hemos generado.
    Los compromisos internacionales pactados en Rio 92 y Johannesburgo 2002, promovidos por la
    ONU y suscritos por los Jefes de Estado como la Agenda 21, las 3 convenciones sobre Cambio
    Climático, Biodiversidad y Desertificación, la Declaración de bosques y el Plan de Acción de
    Johannesburgo, no han avanzado en su cumplimiento para alcanzar el desarrollo sostenible y
    asegurar el bienestar futuro de las y los ciudadanos del mundo.
    1.2 ¿Una Nueva Economía Verde?
    El Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, impulsa la propuesta de una
    Economía Verde basada en el crecimiento económico, y en la premisa de que los recursos
    naturales constituyen el capital natural. A partir de éste, se generarán nuevas ganancias, re
    direccionando las inversiones hacia actividades económicas ”verdes”, entre ellas, la agricultura
    pesca, energía renovable, industria, construcción, transporte y turismo. Esta propuesta se enlaza
    con los intereses de grandes empresas trasnacionales y es apoyada por muchos Estados. Sin
    embargo, desde la sociedad civil la vemos con preocupación, porque representaría una forma de
    lograr que se mantengan los viejos esquemas de producción, comercio y consumo, convirtiéndose
    a la vez en una oportunidad para grandes negocios a costa de la naturaleza.
    La Conferencia de Río+20 quiere legitimar la adopción de un nuevo patrón de crecimiento
    económico basado en actividades supuestamente más orientadas al desarrollo sostenible que ya
    ha recibido el apoyo del G20. Sin embargo, la forma en que están planteadas y dirigidas algunas de
    las propuestas en sectores muy específicos y sensibles –como el cambio de la matriz energética–,
    no hacen más que replicar las formas extractivistas, constituyendo serias amenazas para los países
    del Sur. Algunas de estas amenazas serían: i) Incursión de transnacionales en nuevos sectores
    productivos basados en recursos naturales y monopolización de los mercados, ii) El
    acaparamiento de tierras por parte de grandes empresas con fines de utilizar grandes extensiones
    para actividades “verdes”, iii) La reconversión de los sectores Agricultura, Industria y Energía en
    actividades productivas basadas en la biomasa, iv) Desarrollo de mercados financieros basados en
    recursos naturales, lo que provocaría que los agentes económicos encuentren nuevos espacios
    para jugar con la especulación (ej a través de los bonos de carbono), v) Un mayor endeudamiento
    de nuestros países con una serie de condicionamientos a cambio de dinero y tecnología, y vi)
    Exacerbación de los problemas generados por la liberalización de los mercados y por la desventaja
    en la que nuestros países se encuentran históricamente en las relaciones Norte-Sur.
    Los ciudadanos y ciudadanas sí estamos dispuestos a construir “otra “economía con justicia social
    y ecológica. Pero no aceptamos que bajo ese concepto, aunque se impulsen algunas medidas
    necesarias (como el uso de energías renovables) se aliente la mercantilización de la naturaleza con
    las graves consecuencias que ello implica para el derecho al acceso y uso de los bienes comunes,
    mientras se dejan intactas las lógicas concentradoras, excluyentes y ambientalmente
    irresponsables predominantes en la economía global.
    Grupo Impulsor Rio + 20 7
    Una economía con justicia social y ecológica es la que recoge los aportes de numerosas iniciativas
    que vienen desarrollando ciudadanos y ciudadanas, además de pequeños productores y pueblos
    indígenas en todo el mundo y que desafían el orden económico actual caracterizado por la
    depredación de la naturaleza.
    Es hora de pisar tierra asumiendo compromisos vinculantes y no sólo haciendo ajustes a un
    modelo depredador que valora más la acumulación de riqueza por pocos que el bienestar total de
    la sociedad. Coincidimos con el PNUMA en que hay que cambiar el patrón de combustibles fósiles
    por el de energías renovables y aplicar la ecoeficiencia, pero su propuesta se sigue basando en un
    modelo en el cual el consumo intensivo y el crecimiento ilimitado son los motores que crean
    bienes para la sociedad. Además no garantiza de ninguna manera que los beneficiados sean
    principalmente los que tienen poco o nada. Existe también el peligro de que la mercantilización y
    valoración de más recursos naturales entregue más poder y control a los grandes actores.
    Por tal motivo, es necesario cambiar la visión sobre el crecimiento, pasando de un crecimiento
    ilimitado a uno diferenciado y sostenible que priorice la generación de bienes para todos, entre
    ellos los que tienen necesidades básicas insatisfechas y que no concentre el poder de la biomasa
    en una minoría de actores económicos.
    Frente a la Conferencia de Río+20, las propuestas hacia un nuevo modelo económico con justicia
    social y ecológica deberían estar basadas en:
    Ÿ El respeto a los derechos humanos y los derechos de la Madre Tierra, para lograr una
    convivencia sostenible con la naturaleza y la distribución equitativa de la riqueza.
    Ÿ Nuevas formas de producción, intercambio y consumo que se mantengan dentro de los límites
    de la capacidad de carga del planeta y que contribuyan a la conservación de la biodiversidad y la
    naturaleza.
    Ÿ La articulación en todos los sectores económicos hacia y entre pequeñas unidades
    productivas, generando empleo digno y promoviendo la solidaridad.
    Ÿ Compromiso de parte del sector empresarial con el entorno social y ambiental antes que el
    lucro.
    Ÿ Respeto de la diversidad étnica, cultural, generacional y de género.
    1.3 Propuestas más allá de Río+20
    Es urgente trabajar en la construcción de otras propuestas y rutas hacia el bienestar socioecológico,
    hacia el Buen Vivir, involucrando a las comunidades y pueblos en las decisiones,
    propuestas que sean diseñadas desde la conciencia de la finitud de los recursos naturales y con la
    evidencia de que las políticas de crecimiento no necesariamente garantizan la justicia social y
    ecológica.
    Es urgente que Naciones Unidas como expresión máxima de la comunidad universal, cuente con la
    8 Grupo Impulsor Rio + 20
    legitimidad indispensable para liderar los cambios que la situación requiere. Ello le exige escuchar
    el clamor de los pueblos e involucrar a los espacios sub-nacionales de gobierno a través de canales
    eficaces de participación.
    Consideramos que el principio de la Convención Marco de las Naciones Unidas frente al Cambio
    Climático (CMNUCC) “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, exige que: a) los países
    industrializados reduzcan drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero y que se
    identifiquen y controlen a empresas emisoras procedentes de sus países aunque éstas operen en
    otra ubicación geográfica, b) cumplan con los sucesivos compromisos de financiamiento
    pendientes desde Rio 92 c) Se establezcan mecanismos para que los que han generado pasivos
    ambientales asuman la restauración de los ecosistemas con las debidas sanciones en caso de
    incumplimiento. Finalmente, debemos insistir en el principio precautorio que exige tomar
    medidas para evitar un posible daño ambiental. Estos principios deben aplicarse para el conjunto
    de las actividades económicas.
    Para lograr lo planteado proponemos criterios de política pública que recogen propuestas
    elaboradas por diferentes sectores de la sociedad civil organizada (movimiento indígena,
    movimiento de mujeres, movimiento ciudadano frente al Cambio Climático, organizaciones de
    promoción del desarrollo, redes ambientales, académicos etc.). Algunas tienen alcance en los
    tres niveles del estado peruano y otras en el ámbito internacional:
    2. Recomendaciones más allá de Río +20
    Ÿ Río +20 debe acordar declarar la existencia de una crisis ambiental calificándola como una
    situación de emergencia global que requiere del cumplimiento de acuerdos vinculantes como
    son la reducción drástica de emisiones de gases de efecto invernadero en los países
    industrializados y de esfuerzos concretos por evitarlas en los países de economías
    emergentes.
    Ÿ Río+ 20 para hacer frente a esta situación de emergencia global, debe acordar prohibir la
    extracción de petróleo en el mar. Debe declarar zonas intangibles para las actividades
    extractivas a los glaciares, las cabeceras de cuencas hidrológicas de montaña y los páramos y
    establecer vallas ambientales y protección a la Amazonía considerándolos como patrimonio
    ecológico universal, estableciendo mecanismos viables de control y sanción ambiental.
    Ÿ Río+20 debe adoptar también mecanismos muy claros para que los estados y los ciudadanos
    contribuyan eficazmente a cambiar los patrones de producción y consumo imperantes.
    Ÿ Reformar el sistema financiero internacional regulando los flujos financieros y promoviendo
    la justicia tributaria, prohibiendo toda especulación para contrarrestar la volatilidad y reducir
    los impactos de las crisis internacionales.
    Ÿ Eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, materias primas, biocombustibles y a
    sectores que forman parte de la economía marrón, destinando estos recursos a incentivar las
    actividades que preserven y conserven la biodiversidad y los recursos promoviendo la
    revolución energética sostenible y renovable.
    Grupo Impulsor Rio + 20 9
    Ÿ Río +20 debe reconocer como uno de los pilares del desarrollo sostenible los derechos de los
    diferentes pueblos y el respeto a la interculturalidad. Debe reafirmar el consentimiento
    previo, libre e informado de los pueblos indígenas y comunidades locales involucrado en
    inversiones que se realizan en su territorio, de acuerdo con lo establecido en la Declaración de
    la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
    Ÿ Debe acordar medidas para recuperar y revalorar los conocimientos ancestrales
    articulándolos con las tecnologías modernas en las estrategias de adaptación y mitigación al
    Cambio Climático.
    Ÿ En Río +20 se debe priorizar las políticas de apoyo a los pequeños agricultores y productores
    que garanticen la soberanía alimentaria. Reconocer también el rol fundamental que cumplen
    en asegurar la alimentación de la población y demanda de mercados locales, la conservación
    de la biodiversidad en un marco de sostenibilidad.
    Ÿ Establecer una normatividad y planes de ordenamiento territorial para delimitar dónde es
    posible o no la explotación de los recursos naturales. Esto debe ir acompañado, en países
    como el Perú, de una moratoria a nuevas concesiones mineras-hidrocarburíferas y la
    suspensión de proyectos mineros que comprometan de manera irremediable las fuentes de
    agua que es el mayor bien común.
    Ÿ En Río+20 se deben proponer medidas para asegurar la implementación de monitoreos
    eficaces de los balances hídrico, energético y de materiales para determinar la factibilidad de
    las diferentes actividades extractivas e industriales. Asimismo, incentivar la aplicación de
    normas y certificaciones que garanticen procesos productivos ecoeficientes con sistemas de
    ”Producción más Limpia”, incorporación de información del ”Ciclo de Vida” de los productos y
    consideraciones de ecodiseño, entre otros ecoindicadores en un marco de promoción de
    modelos productivos que busquen reducir los riesgos sobre los seres humanos y el medio
    ambiente.
    Ÿ Supone también fortalecer la autoridad ambiental. En el caso del Perú dándole al Ministerio
    del Ambiente (MINAM) capacidad de evaluar y autorizar de manera independiente de los
    ministerios productivos los estudios de impacto ambiental. Cumplimiento, sin ampliaciones
    de los programas de adecuación y manejo ambiental (PAMAS).
    Ÿ En Río+ 20 se debe acordar proteger un adecuado uso del suelo evitando los monocultivos y la
    concentración de la propiedad de la tierra que generan pérdida de la biodiversidad, aumentan
    la pobreza rural y afectan la seguridad y la soberanía alimentaria.
    Ÿ Así mismo debe aprobar la recuperación y conservación de las semillas nativas frente al uso de
    transgénicos. Siguiendo el ejemplo de países como el Perú que han aprobado una ley de
    Moratoria a la entrada de semillas transgénicas.
    Ÿ Río+20 debe acordar desarrollar políticas para la aplicación de los valores y estrategias de la
    Economía Solidaria que permitan la creación, fortalecimiento y recuperación de los mercados
    locales, regionales y nacionales con énfasis en la producción ecológica, el desarrollo
    10 Grupo Impulsor Rio + 20
    económico local y sostenible, las finanzas solidarias, el comercio justo, el consumo ético, el
    turismo social, motivando al intercambio alternativo a través del trueque o monedas sociales
    y con modelos organizativos que coincidan con los valores de justicia social y ecológica, tales
    como el cooperativismo.
    Ÿ Reconocer y visibilizar el rol de las mujeres porque ellas vienen garantizando la biodiversidad,
    los conocimientos tradicionales y la seguridad alimentaria en la población mundial. Así como
    incorporar el enfoque de género en políticas públicas, evaluaciones de eventos climáticos y
    generar estadísticas oficiales sensibles al género. Asimismo revalorar el rol del adulto mayor
    como depositario de las sabidurías ancestrales.
    Ÿ Río + 20 debe reconocer y acordar que es urgente un cambio de una matriz energética basada
    en la energía fósil a otra que ponga prioridad en el uso masivo de nuevas energías renovables y
    limpias (solar, eólica, geotérmica) además del uso de energía hidroeléctrica no basada en
    megaproyectos , de manera descentralizada y con prioridad a pequeños productores. Los
    costos elevados de esta transición deben ser asumidos por los países con mayores emisiones
    históricas de gases de efecto invernadero dado que la acumulación de su riqueza se ha basado
    en la contaminación del clima.
    Ÿ Frente al Cambio Climático se debe priorizar el diseño, impulso y monitoreo de políticas
    públicas y acciones de ámbito nacional y subnacional de carácter transversal asignando
    recursos para ello y fortaleciendo la institucionalidad ambiental.
    Ÿ En el caso del Perú afianzar la Comisión Nacional de Cambio Climático como espacio
    concertador que oriente y haga seguimiento a la Estrategia Nacional de Cambio Climático y a
    las posiciones del Perú en las negociaciones internacionales.
    Ÿ Es imprescindible usar nuevos indicadores como por ejemplo el “PBI Verde” para sincerar el
    debate sobre el desarrollo económico.
    Perú, 24 de Abril de 2012
    Grupo Impulsor “Perú hacia Río+20”
    Se adhieren a este documento: ANC Asociación Nacional de Centros, MOCICC- Movimiento Ciudadano
    frente al Cambio Climático, RAP Red Ambiental Peruana, CONACAMI/ CAOI Coordinadora Andina de
    Organizaciones Indígenas, Género y Economía, Red Jubileo Perú, GRESP- Grupo Red de Economía Solidaria
    del Perú, FSP- Forum Solidaridad Perú, Proética, DAR – Derecho Ambiente y Recursos Naturales,
    COMISEDE, CIDDH, CIDAP, Vida Abundante. Asociación Cristiana para el Desarrollo Sostenible,
    Cooperacción, Flora Tristán, FORPRODES, ALTERNATIVA, Marcha Mundial de Mujeres.

    “Es urgente cambiar el
    actual paradigma, ya que
    de lo contrario, la
    sociedad en su conjunto
    podría verse afectada
    ante la actual y futura
    amenaza que pende sobre
    la biodiversidad y los
    ecosistemas”.
    Grupo Impulsor Perú, hacia Río +20

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