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Soberanía alimentaria para los derechos y por la vida Soberanía alimentaria por los derechos y por la vida

 

Introducción y memoria

 

En Buenos Aires, Argentina, entre los días 22 y 25 de marzo de 2012, el Comité Internacional para la Soberanía Alimentaria-Coordinación Regional América Latina y El Caribe, CIP-ALC, organizó la III Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria, por los Derechos y por la Vida que antecedió a la 32a Conferencia Regional de la FAO.

 

Provenientes de 20 países, nos reunimos mujeres y hombres representantes de organizaciones campesinas, de la pesca artesanal, la agricultura familiar, trabajadores rurales, jóvenes, Pueblos Originarios, afrodescendientes, la Agroecología, ambientalistas, redes y ONGs, comprometidas con la Soberanía Alimentaria y el Derecho a la Alimentación, para analizar el modelo industrial de agricultura, ganadería y pesca y sus efectos sociales, económicos, políticos, culturales y climáticos, y las alternativas basadas en la Soberanía Alimentaria.

 

Reafirmación y solidaridad

 

Refirmando que la Soberanía Alimentaria es un principio, una visión y un legado construido por los Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes, jóvenes y trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su conjunto.

 

El día 24 de marzo, Día de la Memoria en este país, nos honramos de marchar junto a cientos de miles de argentinos, a 36 años del comienzo de una de las dictaduras militares más sangrientas del continente, para exigir Memoria, Verdad y Justicia, por las que aún lucha el pueblo argentino. Nos emocionó la fuerza y la convicción de esa lucha, simbolizada por la tenacidad de las Madres de Plaza de Mayo, a quienes simbólicamente abrazamos.

 

Nuevamente nos solidarizamos, y llamamos a los pueblos de América Latina y el Caribe y el mundo, a reforzar la solidaridad con la extrema situación que enfrenta el hermano pueblo haitiano. Exigimos el retiro de la fuerza de ocupación multinacional en Haití (MINUSTAH), que ahonda la crisis y genera aún más problemas como cólera, abusos sexuales, miseria, violación de la soberanía nacional y migración forzada, represión contra las fuerzas democráticas. La fuerza de ocupación multinacional allana la llegada masiva de empresas transnacionales del Norte y del Sur que –con estrategias agresivas de pillaje– quieren tomar el control de los bienes estratégicos del país, aumentando la miseria y socavando aún más las posibilidades de conquistar la Soberanía Alimentaria y la justa reparación de las deudas sociales, ambientales, financieras e históricas de las que el pueblo haitiano es acreedor. Se debe respetar la voluntad y la autodeterminación del Pueblo haitiano para crear las condiciones mínimas de reconstrucción de su país, en una trágica coyuntura después del devastador terremoto del 12 de enero 2010.

 

Saludamos y nos solidarizamos con la Marcha Indígena, Campesina y Popular en Guatemala, conformada por miles de mujeres, hombres, jóvenes y niños que se movilizan hacia la capital para exigir al gobierno que atienda sus demandas de resolver la problemática agraria que les afecta y en rechazo a los desalojos violentos que se han dado en el país, generado muertos, hambre y pobreza en las comunidades.

 

Demandamos la solución inmediata a los conflictos por la tierra en el Bajo Aguán, en Honduras, y exigimos frenar los abusos y asesinatos contra campesinos y campesinas que exigen una Reforma Agraria Integral. Esta Conferencia manifiesta su solidaridad con todos los hombres y mujeres del mundo, que por sus luchas se encuentran perseguidos y/o encarcelados.

 

Denuncia y rechazo

 

La III Conferencia Especial denuncia y rechaza, una vez más, al modelo de producción y consumo hegemónico que continúa generando hambre y pobreza crecientes en el mundo y la región. Estas no son producto ni de la casualidad ni de la falta de alimentos, sino de un modelo que viola el derecho a la vida digna de las personas y los pueblos, acrecienta la subordinación de la mujer, invisibilizando su rol determinante en la producción de alimentos y en la construcción de la Soberanía Alimentaria.

 

Un modelo que explota al máximo a los trabajadores y trabajadoras, tanto en el campo como en la ciudad; precarizando las relaciones e incumpliendo las legislaciones laborales, devaluando salarios mínimos en el campo, aumentando el trabajo temporal y generando migración interna e inmigración en búsqueda de trabajo, y especial vulnerabilidad las zonas de frontera. Un modelo que expone a la Pesca Artesanal a un conjunto de problemas tales como falta de acceso a las regiones de pesca, competencia con otras flotas, falta de un marco legal adecuado, y condiciones socio-económicas precarias que afectan la comercialización de sus productos. La sobrecapacidad de las pesquerías industriales, la sobrepesca de los bienes tradicionales y la acuicultura industrial, generan un escenario de conflictividad creciente y amenazan al medio de vida de este sector: los ecosistemas marino costeros y sus pesquería. Estas problemáticas se perpetúan ante la ausencia de políticas pesqueras que establezcan reglas claras para todos los actores; las fallas en el sistema de administración, control y fiscalización; la falta de transparencia y participación en la toma de decisiones; y la sobre-capitalización de la industria.

 

Un modelo que fomenta el avance acelerado del acaparamiento de la tierra en todo el continente. Entre las causas que lo explican se encuentran el brutal avance del agronegocio en todo el continente, el mismo agronegocio que ha llevado a la humanidad a la inédita cifra de más de mil millones de hambrientos. Otra causa la constituye el avance de la minería a gran escala en países como Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Costa Rica, México y Guatemala, así como los mega proyectos hidroeléctricos y los grandes emprendimientos turísticos que se apropian de espacios comunes; y las falsas soluciones al cambio climático, como los proyectos REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación), REDD+, REDD++ y las plantaciones de monocultivos para la producción de biomasa con fines energéticos.

 

La concentración de la tierra, bosques y cuerpos de agua de los Pueblos en manos de las transnacionales, conduce a una guerra por los alimentos y abre la posibilidad del control político sobre las naciones. La mercantilización de la tierra promocionada por el Banco Mundial ha seguido impulsando la concentración y la extranjerización de la tierra y la pérdida de territorios, constituyendo una de las mayores causas de expulsión de campesinos, afrodescendientes y Pueblos Indígenas de sus tierras y comunidades. Asimismo, los pescadores y pueblos del Manglar son expulsados de las zonas costeras y sus derechos son limitados sobre las zonas marítimas.

 

 

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