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Río+20 y el discurso del Presidente Mujica Río+20 y el discurso del Presidente Mujica

 

En diciembre de 2009, la Asamblea General de Naciones Unidas decide organizar para el año 2012 una nueva edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, con el objetivo de “obtener un compromiso político renovado en favor del desarrollo sostenible”. Celebrada durante el mes de junio de este año, y denominada de manera abreviada “Río+20”, la Conferencia produjo como resultado final el documento El futuro que queremos, un extenso texto en el que básicamente se reconocen los limitados avances logrados en la construcción del desarrollo sostenible y se re-enuncian compromisos para alcanzarlo.

 

A la vez, se celebró la Cumbre de los Pueblos, una instancia que aseguró la presencia y participación de los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, redes y organizaciones temáticas o socio-profesionales. Ahora bien, si hubo un discurso que llamó la atención en la Conferencia oficial, indudablemente fue el del Presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica. Seguramente la causa de tal repercusión se encuentra en el contenido y tono de su mensaje, más identificado con la Cumbre de los Pueblos, que con la Conferencia oficial, teñida por la tibieza de expectativas y resultados. En este contexto, no es de extrañar que una voz apasionada, estuviera signada a ser valorada como la más relevante.

 

Algunos interrogantes y reflexiones, planteados en el discurso

 

El mensaje del Presidente Mujica presenta una enorme paradoja, que no puede pasar desapercibida para los especialistas en esta problemática. Por ello, vale la pena analizar en primer término el sugestivo llamado de atención que presentan sus palabras, para finalmente, contrastarlas con algunas particularidades que presenta nuestra región.

 

¿Tiene el mundo los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? La pregunta nos introduce, de manera sencilla y sensible, a dos temas clave relacionados directamente con el objetivo del Desarrollo Sustentable: el derecho al consumo de miles de millones de personas sometidas a la pobreza, y los patrones insustentables de producción y consumo. En otras palabras, hablamos de erradicación de la pobreza, producción y consumo sustentables, y eficiencia en el uso de recursos y energía.

 

Por supuesto que, en la misma pregunta está implícita su respuesta: es imposible que todos los habitantes del mundo consuman (y despilfarren), de la misma manera que lo hacen las sociedades más opulentas. Ello tiene, ante todo un impedimento ético, pero también uno físico, ya que la Tierra no tiene los recursos suficientes, ni la capacidad de absorber los desechos, que ese modelo de consumo genera. De acuerdo al Informe sobre Desarrollo Humano 2011, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la huella ecológica muestra que el mundo está superando con creces su capacidad de generar recursos y absorber desechos. Si todos los habitantes del mundo tuvieran el mismo patrón de consumo, que quienes viven en los países con Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy alto y el nivel tecnológico actual, necesitaríamos más de tres planetas Tierra para soportar la presión que se ejerce sobre el medio ambiente. No teniendo expectativas de encontrar recursos en otro planeta, sería prudente preservar con mayor responsabilidad, al que nos hospeda.

 

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