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Development without Carbon: Climate and the Global Economy through the 21st Century Desarrollo sin Carbono: el Clima y la Economía Global a través del Siglo 21

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Resumen ejecutivo

 

El desarrollo económico y la erradicación de la pobreza energética se reconocen cada vez más como componentes clave de una estrategia integral para prevenir el peligroso cambio climático, junto con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas de adaptación. Sin embargo, la mayoría de los modelos económicos del cambio climático que se utilizan para guiar a la política supone muy poco desarrollo económico en los países más pobres.

 

Este informe examina las implicaciones de la presunción de no-desarrollo que subyace en las metas de muchas políticas climáticas, y encuentra que, si se acepta que los países en desarrollo tienen derecho a emisiones en el futuro, el desarrollo económico de los países más pobres va a requerir que sus vecinos más ricos tomen acciones de mitigación más estrictas, tanto para reducir las emisiones de los países industrializados, como para proveer fondos para las medidas de reducción de emisiones en el mundo en desarrollo. Si se proyecta crecimiento económico lento en los países en desarrollo, en contraste, se tiende a crear la expectativa de que los países más pobres van a consumir relativamente poca parte del presupuesto global de emisiones para el siglo 21, dejando más “espacio para emitir” para los países de altos y medios ingresos. Suponiendo que el desarrollo económico no ocurrirá, o tendrá poco éxito, tiene el efecto de debilitar el llamado urgente a los países ricos a reducir sus emisiones.

 

Es difícil imaginar una solución a las negociaciones internacionales sobre el clima que no implique desarrollo sostenible con bajo o sin carbono – lo que llamamos aquí, para simplificar, “desarrollo sin carbono”. Para los países que, hasta la fecha, han emitido muy poco, tener que escoger entre continuar su desarrollo económico y evitar el daño climático en el futuro es un dilema imposible.

 

Este informe revisa la literatura sobre la relación entre la energía, la pobreza y la mitigación de emisiones; establece principios para una política climática equitativa; explora tres escenarios para el futuro del desarrollo económico y las emisiones; presenta un estudio de caso que aplica esos tres escenarios a la zona de Latinoamérica y el Caribe; y concluye con recomendaciones para el establecimiento de objetivos de política climática.

 

¿Qué es justo?

 

Se ha escrito mucho sobre la asignación equitativa de las emisiones futuras, pero no hay una respuesta única y definitiva de lo que es correcto o justo en la política climática. En las proyecciones de las emisiones que presentamos aquí, la equidad climática se aborda de la siguiente manera: Los países más pobres tienen el mismo derecho a las emisiones en el futuro que los países más ricos afirmaron sobre las emisiones del pasado. Los grandes emisores del pasado y del presente tienen una responsabilidad especial para asegurar que los niveles de emisiones sean consistentes con evitar un cambio climático peligroso.

 

Esta responsabilidad implica la reducción de sus propias emisiones y el financiamiento de la reducción de emisiones en los países más pobres.

 

Un presupuesto de emisiones

 

Las metas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se establecen en relación con las emisiones que ocurrirían en el futuro en la ausencia de políticas climáticas, lo que se llama “business as usual” (como de costumbre) en inglés. Entre menos emisiones pensemos que ocurrirían sin políticas climáticas, menos pensaremos que tenemos que hacer para reducir nuestras emisiones – las ilusiones conducen a malos planes. El ritmo de crecimiento económico en el mundo en desarrollo es un elemento crítico, pero poco discutido, al  determinar la dimensión de las “emisiones acumuladas del siglo 21”, el término (un poco inadecuado) que se usa para describir la suma de emisiones anuales del año 2005 al 2105. Entre más emisiones acumuladas se esperen en el escenario “como de costumbre”, más ambiciosas tendrán que ser las políticas climáticas para darnos un buen chance de evitar el cambio climático peligroso.

 

El presupuesto para tener una probabilidad de 98 por ciento de que la temperatura no aumente por más de 2°C (un objetivo político ampliamente discutido) es de aproximadamente 2.700 gigatoneladas (Gt) de equivalente de dióxido de carbono (CO2-e) – que incluye el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero; ya se han emitido 200 Gt. Teniendo en cuenta este presupuesto, las emisiones de los distintos países se pueden ver como un “juego de suma cero”: Entre más emita un país, menos habrá para los demás. Si las economías más pobres no crecen mucho, no van a consumir una gran parte del presupuesto – y dejarán más emisiones disponibles para el resto del mundo.

 

Tres escenarios de emisiones futuras

 

Este informe esboza un marco para incorporar el desarrollo económico real en los análisis futuros de la economía del cambio climático, explorando las emisiones potenciales, y las obligaciones de mitigación correspondientes, bajo tres escenarios estilizados del futuro de los países en desarrollo:

  • Sin Desarrollo: un escenario como-de-costumbre (sin políticas climáticas) con los ritmos de crecimiento económico estándar que se encuentran en los modelos de la economía del clima;
  • Desarrollo con Carbono: un escenario como-de-costumbre (sin políticas climáticas) con crecimiento económico más rápido;
  • Desarrollo sin Carbono: un escenario político con rápido crecimiento económico y la adopción de importantes medidas públicas para reducir las emisiones.

 

Para facilitar el análisis, hemos dividido los 174 países modelados en este informe en cuatro grupos de ingresos: ingresos altos, ingresos altos-medios, ingresos bajos-medios, y bajos ingresos.

 

 

 

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