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How people living in extreme poverty view the term sustainable development Cómo las personas viviendo en la extrema pobreza perciben el desarrollo sostenible

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Síntesis de entrevistas hechas entre octubre 2011 y enero 2012, con la ayuda de hombres y mujeres de Honduras, El Salvador, Guatemala y Brasil para preparar Rio+20.

 

Las entrevistas y visitas fueron realizadas durante los meses de octubre de 2011 a enero de 2012 en Honduras, Tegucigalpa- Asentamientos El Río (Barrio la Bolsa) y Flores de Oriente (Nueva Suyapa); El Salvador, Santa Tecla- Colonia San Rafael; Guatemala, Ciudad de Guatemala- Asentamientos Piedra Santa y Casa Cuarto Mundo, y Escuintla- Asentamiento Línea Férrea Sur; Brasil, Petrópolis- Morro dos Anjos.

 

1. Introducción

 

“Nosotros somos guajeros, estamos haciendo un bien al planeta porque sacamos toneladas de cosas del botadero. Para las personas, esas cosas ya no valen nada. Pero, para nosotros, aparte que es una entrada de dinero, estamos haciendo algo mejor para nuestra familia pues, para nuestros hijos, para los que siguen después de nosotros. Estamos dejando un mejor planeta.” (D. Sorto)

 

En las zonas desfavorecidas y olvidadas de nuestras ciudades y países es donde se notan los peores efectos de la degradación ambiental asociada a la exclusión social y económica. Vemos la situación de comunidades sin los servicios básicos para un desarrollo humano en condiciones dignas, encontramos a adultos, jóvenes y niños que son obligados a trabajar con riesgo permanente de sus vidas para sacar el mínimo para la supervivencia, donde familias se ven obligadas a vivir en áreas muy vulnerables para resguardar la seguridad que proporcionan los lazos construidos en comunidad, invisibles a las intervenciones de los gobiernos y agencias internacionales.

 

Esta es la realidad cotidiana de las personas entrevistadas en Honduras, El Salvador, Guatemala y Brasil 1. Sus palabras nos cuentan las injusticias que viven, pero sobre todo, su pensamiento y sus acciones en la lucha por unas mejores condiciones de vida en su comunidad.

 

2. Situación ambiental

 

2.1 Comunidades y viviendas

 

Las entrevistas nos confirman que, en general, las “favelas”, los asentamientos, o sea, los barrios donde viven los más pobres están formados por personas que, por distintas razones, encuentran ahí su única posibilidad de tener un techo. Por no vivir en la calle o debajo de un puente con sus familias, poco a poco las personas levantan chabolas o “barracos”, logran adquirir una mínima infraestructura, a veces llegan a pagar por sus terrenos y, generación tras generación, se forma un sistema de vida complejo y carente, que exige mucha más fuerza y resistencia para prosperar, sobre la cual sólo los que la viven pueden hablar.

 

Igual que en Honduras y El Salvador, las comunidades pobres viven muchas situaciones difíciles por causa de inundaciones, de la contaminación del aire, de la mala infraestructura de las viviendas, del escaso o inadecuado apoyo del Estado, de la falta de trabajo y de múltiples desafíos para vivir bien en comunidad. Aún así, tampoco dejan de buscar día a día soluciones posibles para mejorar la vida familiar y colectiva o reconocer los avances que logran por el esfuerzo de una generación a otra.

 

“Uno no puede decir nada, ellos son dueños de su empresa, hicieron su muro para no estar en contacto con la gente de la comunidad.(…) Hay días que no está ni lloviendo y son “pocos” (mucho) de agua que sale (…) es agua caliente de la empresa, dicen que lavan las maquinas y esa agua afecta a uno(…) Más allá sale aceite quemado (…) dicen que no tienen responsabilidad en eso, solo son ellos de su muro para allá y nosotros acá. Esa máquina que tienen ahí, con la que muelen el plástico en las noches eso es horrible.” (A. Castillo- El Salvador)

 

Detrás de la colonia de San Rafael, en la ciudad de Santa Tecla, El Salvador, pegada a la pared de algunas casas, se instaló una fábrica de materiales plásticos que vierte todos sus residuos hacia el camino de acceso de los residentes y también al interior de algunas casas. La tubería de los desechos químicos sale principalmente a un espacio público, de gran circulación de gente y en donde juegan los niños; la intención de los responsables es que todo desemboque en el río, sin asumir ninguna responsabilidad por eso, tampoco por la gente que es afectada. Además, está el funcionamiento de las máquinas con el ruido y la vibración que eso provoca día y noche afectando a la vecindad.

 

La gente aguanta sin poder reclamar derecho alguno a los dueños: está el grave riesgo de contaminación química, la falta de silencio, principalmente por las noches, y una desidia completa por las fisuras que comprometen la estructura de las casas. Dudan de la influencia que puedan tener para hacer cambiar la situación; no saben en quién confiar para defenderse.

 

 

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